viernes, agosto 03, 2007

Natalia

Me gustaron tus ojos tristes. La forma en que sonreían en el instante justo antes de besarme. Y tu voz, y tu forma de ser niña. Hay algo que sucede: cuando estamos juntos el tiempo se sosiega y el corazón cae en el vértigo de una alegría sencilla, distante de esa bestia vacía o amarga que he sido y que soy a veces. Soy con vos alguien que rara vez he sido, alguien sin torturas ni caídas, alguien que recibe tranquilo la noche y tus besos y que se duerme sonriendo.