miércoles, agosto 11, 2004

la bestia

y adentro la bestia, a veces, se despierta. ávida de sangre, de pieles, de corazones. qué te enfurece? hay soledades que se constatan con furia.
luego un espejo lento me regresa ese que he sido y el arrepentimiento se vuelve un ácido espeso en la sangre y olés a caño y la mirada parece mirando un bosque talado o un niño con hambre.
mar: humillá la bestia con tus perdones.