miércoles, mayo 25, 2005

en una sala de la universidad, mientras espero

definitivamente, si no es bajo el amparo de la lucidez, del desencanto absoluto, nos arrastra el engaño, los múltiples engaños que nos permiten persistir: ese sonambulismo resignado, a veces complacido, casi siempre doloroso.
el budismo es una consecuencia inevitable de la lucidez, de la tristeza esencial que precede a todo. la otra consecuencia es el suicidio.
tengo acuerdos de sangre que no me permiten el suicidio, tengo taras profundas que brutal, sutilmente me niegan el budismo. luego, sólo queda la lucidez como un dolor sordo que no estalla, estancarme en el fango de la tristeza...