jueves, diciembre 01, 2005

clavecín y flauta

Una suite (en Do menor, BWV 99, originalmente para laúd), un preludio (del Preludio y fuga en Fa mayor, BWV 880) y una sonata (en Mi mayor, BWV 1035) de Bach, en medio de obras de Händel, Philidor y Dieupart. Hugo Reyne en la flauta, Pierren Hentai en el clavecín.
A pesar de la fría y automática magistralidad de los intérpretes, Bach adquiría momentos sublimes, en el Sarabande y el Gigue de la Suite, en el Adagio ma non tanto de la Sonata, y en todo el Preludio. Aún en los movimientos más vivaces de las obras, Bach se recibía grave y sacro, profundo.
Lástima esa displicencia gris de los intérpretes. Una sala afectada por los cambios de clima, tampoco ayudaba mucho a esa atmósfera religiosa que para mí deben ser los conciertos de música barroca.
Y a tí te gustan, me dijiste, más los movimientos alegres y rápidos. Y yo pensé en mis Adagios.
Otro encuentro con lo sagrado, y feliz, pleno, alegre a tu lado.