Siete años sin Jaime Garzón
Jaime Garzón (1960-1999)
Ese día teníamos charla en la Autónoma, para hablar de los U'wa. Luisa me soltó la noticia y a mí se me hundió el suelo. Recuerdo mucho también una mujer que conocí por esos días y una noche que hablamos cómo lloraba con rabia por la muerte de Garzón.
Creo que no hay un crimen, en un país de crímenes salvajes, un crimen de un personaje público que me duela tanto como el de Jaime Garzón. El de Andrés Escobar me avergonzó de mi país (hace un par de semanas un sueco muy buena gente me preguntaba si no era en mi país que habían matado a un futbolista por un autogol), pero el de Jaime me dejó sin parte de las esperanzas. Jaime Garzón era la lucidez y la inteligencia y el humor que hacía catarsis del horror y la injusticia. Gracias a Jaime Garzón Colombia no era tan horrenda y tenía la dignidad de su sonrisa mueca y de la risa que nos daba. Jaime encarnó una dignidad posible, una esperanza. Y lo mataron. Puta vida. Lo mataron.
Decime si eso no te asesina la fe y la esperanza. Decime si no.
Qué hueco tan enorme dejaste, Jaime, cuánta falta nos hacés. Cuánto duele que no estés.
Ese día teníamos charla en la Autónoma, para hablar de los U'wa. Luisa me soltó la noticia y a mí se me hundió el suelo. Recuerdo mucho también una mujer que conocí por esos días y una noche que hablamos cómo lloraba con rabia por la muerte de Garzón.
Creo que no hay un crimen, en un país de crímenes salvajes, un crimen de un personaje público que me duela tanto como el de Jaime Garzón. El de Andrés Escobar me avergonzó de mi país (hace un par de semanas un sueco muy buena gente me preguntaba si no era en mi país que habían matado a un futbolista por un autogol), pero el de Jaime me dejó sin parte de las esperanzas. Jaime Garzón era la lucidez y la inteligencia y el humor que hacía catarsis del horror y la injusticia. Gracias a Jaime Garzón Colombia no era tan horrenda y tenía la dignidad de su sonrisa mueca y de la risa que nos daba. Jaime encarnó una dignidad posible, una esperanza. Y lo mataron. Puta vida. Lo mataron.
Decime si eso no te asesina la fe y la esperanza. Decime si no.
Qué hueco tan enorme dejaste, Jaime, cuánta falta nos hacés. Cuánto duele que no estés.