miércoles, febrero 23, 2005

teacher

el día que fui a la entrevista llevaba arrasado el corazón. recuerdo que mientras iba en el blanco y negro iba pensando que si iba a ser profe de niños debía ser fuerte y feliz.
llegaba muy temprano, una hora antes de que comenzaran mis clases. me iba a un salón atrás (el que la directora quería que fuera el lab) a tratar de no quedarme dormido. me iba luego a cada clase con los niños, cada día tenía clase con tres o cuatro cursos. no sabía bien a veces hasta el momento en que entraba al salón qué iba a hacer... y luego todo salía... muchas veces era tan hermoso que la euforia duraba todo el día...
me gustaban la teacher lina y mucho la teacher francia. una tarde de sábado estuvimos en la casa de ya no me acuerdo cuál, celebrando creo un cumpleaños... me recuerdo brincando...
luego, todo se acabó de repente. el día que la coordinadora me dijo que si iba a tomar más horas de clase en la universidad entonces no podía seguir porque ellas me necesitaban tiempo completo, ese mismo día, mientras su mamá recogía las notas y hablaba con la profe, una chiquita abrazó y me dijo: te quiero, teacher. ya no sé si supe que en ese momento había terminado la época más feliz de mi vida. no, uno no sabe esas cosas.

perdí muchas cosas ese año. todas, quizás. la felicidad de esa noche que subí por trocha a la cabaña de farallones en medio de un aguacero, sin linterna, tratando de no perder la tenue mancha gris que era la espalda de hernán... mientras llevaba a martha isabel clavada en el corazón. el lugar de mi mente donde se encontraron la biología, el budismo y las mentes de los bebés. el corazón con el que íbamos a hablar de los Uwa, de su dignidad. la paz de nadar bajo el sol.

desde entonces, me persigo y me alejo.

y cuando veo a los niños del jardín que queda cerca a la u jugar en la plazoleta, o salir agarrados de la blusa de su compañerito de enfrente de la fila, algo en mí sonríe, algo en mí se pone triste. y ya.