luego del hospital
cuando me despedí de vos, en la sala de ginecología, llena de madres y sus recién nacidos, me dijiste, la sonrisa cansada por el dolor de tres días, por la existencia de toda la vida: "qué horrible ser madre... los niños... me desagradan..."
los días sin vos por tu deambular y por mi tristeza, leer bajo la luz titilante de una vela anoche hasta tener los ojos ardiendo, las horas en el hospital... algo me sitúa, en medio del infierno, más allá de los condenados.
pero siempre, luego de soltarnos, las manos sangrantes, volvemos a aferrarnos a nuestras rabias, a nuestros miedos.
los días sin vos por tu deambular y por mi tristeza, leer bajo la luz titilante de una vela anoche hasta tener los ojos ardiendo, las horas en el hospital... algo me sitúa, en medio del infierno, más allá de los condenados.
pero siempre, luego de soltarnos, las manos sangrantes, volvemos a aferrarnos a nuestras rabias, a nuestros miedos.