miércoles, febrero 22, 2006

la soledad

ayer, de tanto hablar con María, que llevaba perdida más de seis meses, me escuchaba pensarme. pensar lo que escribí abajo, pensar en la soledad aterradora y feliz que me espera al otro lado del mar, perdido de mi familia y mis amigos, perdido de las mujeres que sólo el trópico de estas Américas tiene, perdido de mi idioma y de esta tierra que huele a tantas cosas podridas y vivas.
la soledad de una rutina que ojalá sea de libros y papers, de nadar y hacer tai-chi, de mirar el río e ir al mar, da caminar los parques y los bosques, de meditar acaso...
de encontrar a ese que dejé refundido entre la torpeza de dejar pasar los años e irme convirtiendo en lo que el mundo quiere que uno sea y que uno olvida que no ha querido ser ni haber sido.