martes, abril 04, 2006

Neme

Es una trampa feroz: ser trivial. Uno vive los días uno tras otro, durmiendo, comiendo, fornicando... apenas aquello elemental que transgrede y olvida lo esencial.
Te dejé cuando más debí estar a tu lado.
Y creo que nunca supe quererte.
Hoy, después de dos años, me dolió la ternura que abandoné, la fuerza que no supe ver.
Hoy dolieron los recuerdos que había olvidado.
Hoy y otro día más, acaso si vuelve haber otros, sumás a lo que duele abandonar: no lo que ha sido ni lo que es, sino lo que pudo ser. Pero prefiero irme con el recuerdo de tus manos acariciándome y tu olor, que con los recuerdos que hasta hoy me perseguían.
Gracias por volver a abrazarme.
Gracias por perdonarme.