Cioran Espejo

"Cómo detesto mi holgazanería, mi hereditaria falta de dignidad. Esta tarde he pasado por los trances del asco de mí mismo, me he execrado incluso hasta alcanzar una furia asesina. A veces me pregunto por qué milagro logro soportarme aún. Odio de mí mismo que se aproxima al crimen o a las lágrimas.
Haga lo que haga, nunca echaré raíces en el mundo."

E. M. Cioran: Cuadernos 1957 - 1972

Los que no soy

Quisiera ser alguna de esas personas sencillas y buenas, un cualquiera que todos los días hace lo esencialmente correcto, una buena gris persona. No una persona pura, sino una persona buena. Miro estas manchas que no caen y que se adhieren, desde adentro, a mi piel y mis ojos, que me cansan y me arrodillan a mi cansancio. Y quisiera ser otro.

El odio

Hace pocos días en mi país mataron 11 hombres secuestrados. Uno a uno, de un tiro en la nuca. Los asesinos se llaman así mismos ejército del pueblo.

Hoy, mientras bebía, me contaron una historia de horror. De cómo alguien llega a matar de esa manera.

El cadáver de una esposa lleno de piedras en un río. Una hija violada y asesinada.

El odio.

El dolor.

Hoy, muchos días después, me dolieron esas once muertes.

Y ya no sé hacia dónde llorar.

Ya no sé hacia dónde pensar.