La guerra
¿Qué queda, sino llorar y maldecir? Todavía, a veces, quiero salir corriendo. Huir de esto. ¿Cómo puede alguien hacer, poner, y seguir haciendo y poniendo minas quiebrapatas y no enloquecerse de culpa con la imagen de esta mujer y su bebé agonizando en el monte? Dios de los ateos, maldito dios de los creyentes que nos hiciste a tu nauseabunda imagen y semejanza...