jueves, septiembre 23, 2010
Jamás había visto tanto en una mujer. La inteligencia elemental, la alegría, la nobleza. ¿Cuál es la diferencia entre encantarse y enamorarse? Llamemos amor a esos destellos de colores, Lorena, que la felicidad de estar contigo era como tener el aire lleno de aromas: a sal de mar, a tierra, a tu piel, a noche, esa que no conoces, lejos de la gente. Que yo tengo sabor a dolor y sangre. Sangre. Legiones en mi sangre.
La dicha de recordarte.
Suena Calle 13 y nos resume y, ahora, tarde, nos sigue soñando.
miércoles, noviembre 11, 2009
¿Dónde?
La mujer usada, por el miedo y las equivocaciones.
Tulio, bobito, me explica, es traqueto.
¿Dónde estabas?
¿Dónde estás, dónde vivís?
No digas
ná.
Da,
Cómo te llamas.
A mí. MI plural.
A mí, pequeña,
Me llaman...
Así sea,
vos sabés
Larga la derrota, corto el olvido
Así sea poco,
o nada más.
Tulio, bobito, me explica, es traqueto.
¿Dónde estabas?
¿Dónde estás, dónde vivís?
No digas
ná.
Da,
Cómo te llamas.
A mí. MI plural.
A mí, pequeña,
Me llaman...
Así sea,
vos sabés
Larga la derrota, corto el olvido
Así sea poco,
o nada más.
sábado, agosto 15, 2009
10 años después
De haber posteado en este lapso ausente quizás habría sido recurrente sobre los desencuentros con las mujeres, la frustración, el cansancio.
Han pasado también cosas extrañas. Vivo casi en el día a día de una actividad poco usual, que no habría podido predecir hace unos meses. Shit happens.
Pero en lugar de hablar detenidamente de eso, hoy simplemente voy a hablar de mi regreso al activismo.
El 30 de diciembre del año pasado, un hermano entrañable brincó al ruedo de la Plaza de Torturas de Cañaveralejo con otros dos compañeros de él. El sacudón, los remordimientos, la impotencia, no alcanzaron para que en la temporada taurina de Bogotá yo hiciera algo... pero sí algo comenzó a crecer. Reviví el grupo que creamos hace como 11 años en Cali para dedicarle fuerzas al activismo antitoreo en Bogotá. Y en esas ando, haciéndolo a mí manera: con corazón, con argumentos, con la mayor eficiencia posible... contra la terquedad, la arrogancia, la crueldad y la indiferencia. Y en esas estamos. Luchando.
Creo que en este blog no he escrito nada igual de importante.
Y en medio de tanta decandencia personal, me alegra tranquila e inmensamente poder hacerlo.
Han pasado también cosas extrañas. Vivo casi en el día a día de una actividad poco usual, que no habría podido predecir hace unos meses. Shit happens.
Pero en lugar de hablar detenidamente de eso, hoy simplemente voy a hablar de mi regreso al activismo.
El 30 de diciembre del año pasado, un hermano entrañable brincó al ruedo de la Plaza de Torturas de Cañaveralejo con otros dos compañeros de él. El sacudón, los remordimientos, la impotencia, no alcanzaron para que en la temporada taurina de Bogotá yo hiciera algo... pero sí algo comenzó a crecer. Reviví el grupo que creamos hace como 11 años en Cali para dedicarle fuerzas al activismo antitoreo en Bogotá. Y en esas ando, haciéndolo a mí manera: con corazón, con argumentos, con la mayor eficiencia posible... contra la terquedad, la arrogancia, la crueldad y la indiferencia. Y en esas estamos. Luchando.
Creo que en este blog no he escrito nada igual de importante.
Y en medio de tanta decandencia personal, me alegra tranquila e inmensamente poder hacerlo.
sábado, abril 25, 2009
esta noche te escribí que...
sabés qué pasó?
yo te tuve mucho en mi cabeza y en mi corazón
quizás no vos
sino alguien que de tu imagen yo imaginaba
te imaginaba
y cuando te ví
por fin
eras más hermosa
mucho más hermosa
y te me escapabas
no, no te recrimino
te cuento
me cuento
desde entonces
he querido encontrarte
y cada vez
que te encuentro
en una sonrisa
en tu piel
soy feliz
así
elementalmente
feliz.
te quiero
yo te tuve mucho en mi cabeza y en mi corazón
quizás no vos
sino alguien que de tu imagen yo imaginaba
te imaginaba
y cuando te ví
por fin
eras más hermosa
mucho más hermosa
y te me escapabas
no, no te recrimino
te cuento
me cuento
desde entonces
he querido encontrarte
y cada vez
que te encuentro
en una sonrisa
en tu piel
soy feliz
así
elementalmente
feliz.
te quiero
lunes, diciembre 22, 2008
Aca nadie que conozca (la imbécil espero que ya no lo haga, y Salida no creo que haya vuelto) me lee. Acá escribo para mí mismo. En FB no es que realmente escriba, pero me comparto, le doy a otros una muestra, un pedazo, un rastro de mí mismo. Y casi nadie lo siente. Pero ahí están, así sea para confirmar la casi precisa inutilidad del ejercicio.
Eso consume el impulso que me traía acá. No la finalidad formal, porque lo de este blog es de otro ámbito, sino... el esculpirse o dejar rastro, virtualmente.
Esa es una explicación.
La otra es... la dejadez, el abandono que me consume.
La otra es la ausencia de sustancia, aunque... muchas veces venía a encontrarla.
Otra: muchas cosas (el cine, los libros, las noticias, las imágenes) es más sencillo dejarlas en FB.
Pero mientras escribo sé que hay cosas mías para las cuáles este es su lugar.
Privado.
Soy acá, más que en ninguna otra parte, el que habla consigo mismo... y sus verguenzas. Y todo eso que más que los rasgos, nos definen: los vacíos, las tristezas, los cansancios...
No quiero rendirme a mí mismo.
Eso consume el impulso que me traía acá. No la finalidad formal, porque lo de este blog es de otro ámbito, sino... el esculpirse o dejar rastro, virtualmente.
Esa es una explicación.
La otra es... la dejadez, el abandono que me consume.
La otra es la ausencia de sustancia, aunque... muchas veces venía a encontrarla.
Otra: muchas cosas (el cine, los libros, las noticias, las imágenes) es más sencillo dejarlas en FB.
Pero mientras escribo sé que hay cosas mías para las cuáles este es su lugar.
Privado.
Soy acá, más que en ninguna otra parte, el que habla consigo mismo... y sus verguenzas. Y todo eso que más que los rasgos, nos definen: los vacíos, las tristezas, los cansancios...
No quiero rendirme a mí mismo.
Hedonismo
Este fue, entre otras muchas otras cosas oscuras, un año luminoso en placeres... Luminoso! Tantas noches en que ronroneé de placer bailando! Tanta dicha!
Sí sí.
No posteo casi acá ahora, pero muchos status míos en el Facebook lo atestiguaron: muchos amaneceres llegué a casa en el colmo de una felicidad hecha de cuerpo y de música.
Y no, no me arrepiento. Espero jamás hacerlo.
Soy un mamífero que baila.
Sí sí.
No posteo casi acá ahora, pero muchos status míos en el Facebook lo atestiguaron: muchos amaneceres llegué a casa en el colmo de una felicidad hecha de cuerpo y de música.
Y no, no me arrepiento. Espero jamás hacerlo.
Soy un mamífero que baila.
De las irresponsabilidades y los despilfarros
Sí, este año fue así. Este es el fondo del tedio, de la frustración y... el fracaso. Hay más fondo, lo sé. Pero acá comienza. Pero estuvo bien celebrar mi piel y mi lujuria, estuvo bien despilfarrar lo que no tengo en placeres culpables. Hay algo que aún me hace sonreír de satisfacción al recordar las horas carnales. Ah.
Soy, antes que nada, un mamífero.
Soy, antes que nada, un mamífero.
Ricardo, Camila y otras despedidas
Este año (delimitemos de esa manera útil y ridícula el tiempo) no sólo dejé de hablarle a mi recién descubierta Paulina. También a Ricardo, a Camila, a Janis, a Adriana. Qué mierda. Ya mi intolerancia tiene los matices justos de mi rabia. Y por más que la tristeza y, sí, la soledad, y sí, el amor, me quieran regresar a ellos, algo impío e impreciso que quiero llamar dignidad, no me deja.
No, no es el elemental orgullo. Quisiera volver a tenerlos cerca. El orgullo tantas veces me lo he comido... pero. Pero. Pero todo debe tener una proporción mínima de equitatividad. Y ellos no lo entienden.
No jodo y soy generoso. Lo malgeniado e intransigente (y psicorrígido, mi pequeña Camila) no pide más que la comprensión que le doy a sus propias limitaciones. En eso no ha habido lío. Pero siempre quien acomoda cuando los límites últimos se trasgreden (los desagradecimientos y los agravios o las desatenciones) he sido yo. Y así los he malcriado.
Y así los he perdido.
Y los extraño.
No, no es el elemental orgullo. Quisiera volver a tenerlos cerca. El orgullo tantas veces me lo he comido... pero. Pero. Pero todo debe tener una proporción mínima de equitatividad. Y ellos no lo entienden.
No jodo y soy generoso. Lo malgeniado e intransigente (y psicorrígido, mi pequeña Camila) no pide más que la comprensión que le doy a sus propias limitaciones. En eso no ha habido lío. Pero siempre quien acomoda cuando los límites últimos se trasgreden (los desagradecimientos y los agravios o las desatenciones) he sido yo. Y así los he malcriado.
Y así los he perdido.
Y los extraño.
Paulina
Te encontré por la costumbre que tiene mi lujuria mi desencanto mi cinismo de buscar placeres que no comprometan. Tengo todas nuestras conversaciones por messenger, pero no quiero mirarlas ahora. No quiero decir que fui para vos, pero muchas veces, en esas semanas virtuales y a veces telefónicas, fuiste una tenue alegría, ya desprovista de lujuria.
Pero adoleces de lo que casi todas: dependes de un macho de tu especie para sentirte alguien. No alguien en un sentido trascendente, sino alguien en un sentido básico, como frente a un espejo que te constate, un reproche, una sonrisa.
Y es de las pocas cosas que no soporto. No quizás el hecho en sí, sino que hayás escogido a alguien que vos misma, en los momentos de desencanto, reconocés como un imbécil.
Y dejé de hablarte.
Pero adoleces de lo que casi todas: dependes de un macho de tu especie para sentirte alguien. No alguien en un sentido trascendente, sino alguien en un sentido básico, como frente a un espejo que te constate, un reproche, una sonrisa.
Y es de las pocas cosas que no soporto. No quizás el hecho en sí, sino que hayás escogido a alguien que vos misma, en los momentos de desencanto, reconocés como un imbécil.
Y dejé de hablarte.
martes, octubre 21, 2008
Demeterova y Steidl
El viernes antepasado fuí con J y L a comprarles las boletas para el concierto de Ratt. Unas malas indicaciones nos llevaron a la taquilla de la Sala de Conciertos de la BLAA. Ví anunciado el concierto del miércoles siguiente: violín y guitarra, checos, tocando a Paganini, Bach y Piazzolla. No había boletas. Pero podría haber al día siguiente. Regresé con Adriana a comprarla.
Fue un hermoso concierto, de ojos aguados desde el primer adagio. Vodicka, Paganini, Giulani, Bach, Domeniconi, Obrovska, Piazzolla. Todos hermosos.
Hace mucho tiempo no iba. Y regresé a escuchar uno de los más conmovedores conciertos de cámara que he escuchado.
Poco a poco regreso.
Lentamente.
Fue un hermoso concierto, de ojos aguados desde el primer adagio. Vodicka, Paganini, Giulani, Bach, Domeniconi, Obrovska, Piazzolla. Todos hermosos.
Hace mucho tiempo no iba. Y regresé a escuchar uno de los más conmovedores conciertos de cámara que he escuchado.
Poco a poco regreso.
Lentamente.
Adriana
Ya había sido feliz contigo. Mal comienzo pero hubo un buen día a la semana después o la siguiente.
Pero el mejor fue varias discusiones después, varias semanas, en que una noche de viernes fuimos a un concierto que no era, sino una conferencia de prensa, a la que mientras esperamos recorrimos obras de arte de estudiantes, y después nos salimos para ir por la cámara y volvimos para que agarraras al cantante saliendo del baño y le pidieras el autógrafo y te tomara la foto. Luego fuimos a beber algo. Pasamos la noche juntos. El sábado fuimos a la Luis Angel, yo quería una boleta para un concierto de violín y guitarra... como tocaba esperar fuimos a dar vueltas entre las exposiciones. Varias exposiciones. Me afilié a la biblioteca y tomamos un café. Fue una tarde bonita. Te fuiste cuando terminaba.
Era tan fácil ser felices.
Acá deberían comenzar los reproches. Pero no debo. ¿Para?
Mejor acá dejo la tristeza. Esa frustrante tristeza.
Pero el mejor fue varias discusiones después, varias semanas, en que una noche de viernes fuimos a un concierto que no era, sino una conferencia de prensa, a la que mientras esperamos recorrimos obras de arte de estudiantes, y después nos salimos para ir por la cámara y volvimos para que agarraras al cantante saliendo del baño y le pidieras el autógrafo y te tomara la foto. Luego fuimos a beber algo. Pasamos la noche juntos. El sábado fuimos a la Luis Angel, yo quería una boleta para un concierto de violín y guitarra... como tocaba esperar fuimos a dar vueltas entre las exposiciones. Varias exposiciones. Me afilié a la biblioteca y tomamos un café. Fue una tarde bonita. Te fuiste cuando terminaba.
Era tan fácil ser felices.
Acá deberían comenzar los reproches. Pero no debo. ¿Para?
Mejor acá dejo la tristeza. Esa frustrante tristeza.
martes, octubre 07, 2008
De profundidades abisales
Hoy te perdí, Ligia Natalia, con tu rostro de princesa y tu sonrisa que lo iluminaba todo. Fue un regalo haberte encontrado... Te perdí estúpidamente. Te perdí para esto, para sentir este vacío de todo, de tu piel y tu sonrisa, de tu olor. De tu piel que es también vacío, vacío sobre vacío, de tu piel que es esta soledad que sin saberlo de rabia se hiere y quiere matarse, que se odia, que se cansa, que cae en el abismo y cayendo te encuentra y quiere perderse en vos... Te perdí para saber que caigo y que este es el abismo, que la felicidad de estos meses está sucia y no tanto porque alguien como vos me falte, sino porque está esa ausencia que no debería importarme, porque la ausencia y la soledad que están allí insidiosamente ocultas fueron el primer paso hacia la caída, porque estos retorcijones de mamífero son una condena que la desidia no deja quitarse de encima, no deja escupir y solo queda este dolor que es merecido y necesario... pero que no debió tocarte, nunca. Nunca.
Es el único remordimiento. Lo demás ocurre. La gravedad es el sentido de cualquier caída. Y caigo.
Es el único remordimiento. Lo demás ocurre. La gravedad es el sentido de cualquier caída. Y caigo.