lo mismo
poco o nada hacen más que fornicar, alimentarse (pocas cosas más repugnantes que ver a un humano comer) y cagar. hago lo mismo, pero sé y agonizo. este es el origen lamentable de mi arrogancia.
Si me preguntáis de donde vengo, tengo que conversar con cosas rotas, con utensilios demasiado amargos, con grandes bestias a menudo podridas y con mi acongojado corazón. (Neruda)