Telarañas
Es otra historia de los espacios virtuales: de vos sólo conozco unas cuántas fotos y tu voz. Pero sé que te gusta la guitarra eléctrica, la poesía, que sos medio existencialista a veces, y qué sabés de árboles y micorrizas.
Que sos como nadie que haya encontrado en mi vida y que lo sos cuando quería encontrarte.
Pero te da miedo.
Claro.
Y de tristeza me da rabia el mundo, esa tristeza agria, esa acritud que me endurece la piel y las entrañas.
Y encuentro de nuevo que hay una bestia oscura, harta de esta cosa mansa y tranquila, una bestia oscura acorralada que sólo espera mi cansancio y mi derrota para saltar a los ojos de Dios y arrancárselos con los dientes y las garras.
Que sos como nadie que haya encontrado en mi vida y que lo sos cuando quería encontrarte.
Pero te da miedo.
Claro.
Y de tristeza me da rabia el mundo, esa tristeza agria, esa acritud que me endurece la piel y las entrañas.
Y encuentro de nuevo que hay una bestia oscura, harta de esta cosa mansa y tranquila, una bestia oscura acorralada que sólo espera mi cansancio y mi derrota para saltar a los ojos de Dios y arrancárselos con los dientes y las garras.